–Ok…
Pues soy Lara Herrera, aunque en Internet se me conoce como
Ultrapervert, que ya es como un pseudónimo o una marca que utilicé
en su día para crear una obra de tono erótico.
–La
obra
en cuestión es Cuentos
de Ultrapervert…
–Es que
creo que Cuentos de Lara
Herrera
no quedaba tan guay (risas). Y así también definía mejor lo que
podías encontrar en ese librito.
–Has
publicado ya dos partes de la serie de Cuentos
de Ultrapervert.
¿En qué fecha comenzó el proyecto?
–Surge
en mi cabeza en 2012 estudiando en la Escuela de Arte. Estaba
cursando Ilustración cuando decidí finalmente presentarlo como
proyecto final. Me sentía cómoda, me gustaba mucho y mi profesor de
ilustración siempre me había animado a hacer algo diferente ya que
me veía quizá un poco encorsetada... Y tenía razón, así que le
hice caso y me lancé. Él había visto mis trabajos de este estilo y
me comentó que eran los que más le habían gustado, que no tuviese
miedo. Así que me lancé y presenté el prototipo de Cuentos
de Ultrapervert.
Me salió muy bien y obtuve buena nota, casi un diez. Como anécdota
he de comentar que un miembro del jurado se escandalizó e intentó
boicotearme poniéndome una calificación a la baja. El resto del
tribunal me apoyó y me puso muy buena nota pero no alcancé el diez
redondo porque no vio bien que retratara a una monja como una porno
beata.
–Se
escandalizó.
–Más o
menos. En
el primer volumen, en la primera página del relato de Bea
la porno beata
sale una monja a cuatro patas con una vela en forma de crucifijo
introducida en el culete y la retraté en plan: «¡Oh
sí…! ¡Ah, qué bien me lo paso...!»
(risas). Y, claro, eso no le gustó nada y pidió que constara en
acta que era una blasfema.
–No
hemos explicado para los que no conozcan tu obra, que Cuentos
de Ultrapervert
es una selección de cuentos ilustrados.
-Sí, son
un cuentos ilustrados de temática BDSM contados en tono de humor.
Todo sin ser pretencioso ni rebuscado. Es un libro de cuentos donde
el peso recae principalmente en la ilustración. El texto es
meramente un acompañamiento. Teniendo en cuenta que la temática es
la sexualidad, yo tampoco pretendía marcarme un texto farragoso.
Quería hacerlo rápido, ligero y divertido, con personajes que
mostrasen cierta diversidad sexual. En el primer volumen no se nota
tanto, pero en el segundo sí que metí historias con una sexualidad
más diversas: homosexuales, bisexuales, poliamor… Incluso con
problemas en sus genitales, como el relato de David
Rabo largo,
que sufre una maldición. En Tralarí,
Tralará y Pierre
se trata el tema del poliamor y el tema de la homosexualidad lo hago
con el relato de Valentín
y Denís,
en una Rusia ficticia. Este es un poco denuncia social, contra la
homofobia.
–Es
en la guerra civil. Son rusos blancos, ¿no?
–Es
ficción, es decir, la historia dice que transcurre en Runosky, una
Rusia alterada… pero sí, Denís sería un capitán del ejército
blanco y Valentín, el pelirrojo, un soldado raso del ejército Rojo.
En esta ocasión no pretendía mostrar la misma historia de siempre
cuando se trata de personajes homosexuales en un contexto histórico
de época, así que hubo varios esquemas que quise romper: El primero
era que no por connotación histórica los gays iban a morir… «Uh,
son dos maricas en plena guerra de principios del siglo XX que se dan
por culo, ¡Estos dos al final mueren!».
No quise jugar con eso. El segundo, era el rollo de siempre…
«¿quién
es más maricón, el que da o el que recibe?»
En este caso daba igual, no quería caer en esos tópicos.
–¿Qué
surge primero, el relato o la ilustración? Es decir, ¿te viene a la
mente la ilustración y a partir de ahí desarrollas el texto del
relato… o a la inversa?
–Me
gusta esa pregunta. En el primer volumen sí que me surgió más
rápido la historia y escribí el texto antes que la ilustración.
Luego me di cuenta que, como soy yo la creadora tanto del texto como
del dibujo, podía hacerlo de una manera más simple y con resultados
iguales o mejores. Así que en el segundo libro lo hice a la contra.
Yo tenía la idea en mi cabeza, sabía la historia que quería contar
pero no iba a escribir el texto, primero iba a ilustrar. Además, lo
tenía muy claro en la cabeza cuando hice el segundo. De hecho me lo
organicé de tal forma que cada historia debía tener catorce o
quince ilustraciones como máximo para que cupiesen cinco cuentos en
144 páginas. Así me salía más barato a la hora de imprimir, de
maquetar… Todo encaja mejor. Es algo que recomiendo a todos los que
estén empezando en esto de la auto publicación, que su libro
siempre sea múltiple de cuatro para abaratar gastos. Así que, como
decía, realicé las ilustraciones, las maqueté y por último me
puse a contar la historia. Lo hice todo al contrario del primer
libro.
-Sí, el
primero es más cartoon, más inocente… yo era más ingenua, quizás
por mi edad, era más joven… bueno, sigo siendo joven (risas) pero
era más pudorosa. De hecho, mis padres que me apoyan totalmente y
han leído amboslibros. Prefieren el primero ya que el segundo el
sexo es más explícito. Con el dos me daba todo igual. En el uno iba
con miedo. Miedo a que me censurasen, miedo a suspender el proyecto,
etc. Pero como al final todo salió bien en el segundo me sentí más
cómoda y liberada. Y el estilo quizás se volvió un poco más
realista porque hay una evolución; el primero es más cándido, más
inocente, más ingenuo… y el segundo es quizás más maduro en
todos los sentidos.
–La
verdad es que el primero no he tenido oportunidad de leerlo. (Está
agotado)
–Sí,
pero ya
te lo dejaré (risas).
–Ambos
salieron por crowdfunding ¿no?
–Exacto.
Para
el primero pedí 1.200€ y conseguí 1.450€. Para el segundo pedí
1.400€ y conseguí 1.600€. No pido mucho dinero, no necesito una
cosa muy exagerada. Hay gente que pide 4.000, 10.000, 30.000… Yo lo
que quiero son tiradas bonitas de 150 o 200 ejemplares porque tampoco
creo que tenga un público objetivo en España para algo mayor ahora
mismo y tampoco tengo distribuidora, ni me apetece. Hago tiradas
pequeñas y voy probando. Si me va bien quizás en un futuro saque un
volumen integral en un formato mayor, con algunas historias nuevas.
–Las
ediciones van numeradas.
–Sí.
Tanto a los mecenas como a los clientes que lo compran después me
gusta ofrecerles, dentro de mis posibilidades, algo que es limitado y
exclusivo. Yo siempre les informo que se están llevando a casa una
pieza que sólo pueden encontrar a través del autor o en alguna
tienda ocasional.
–¿Qué
tal esas ventas que no controlas tú? Me refiero a que quizás esos
terceros no sepan vender el producto dada su temática.
–Las
tiendas de cómics funcionan por novedades y por comisión. Yo he
dejado algunas copias en algunas tiendas porque son de amigos pero,
realmente no me interesa ya que se me puede localizar fácilmente a
través Facebook o Twitter, será por vías, y te lo puedo enviar a
Barcelona o a México. También la mayor parte de los clientes de las
tiendas de cómics acuden también a los salones del Manga o de
Cómics y allí, también suelo acudir yo. Además en ese tipo de
eventos suelo firmar y dedicar las láminas y los libros, lo cual la
gente agradece mucho y eso no lo puede encontrar en las tiendas.
A la hora
de dar difusión a la publicación, me pasé en su momento también
por la Casa del Libro de Alicante, a ver si podía presentar el libro
allí, pero me exigían que tuviese distribuidora.
–Distribuciones
Ultrapervert (risas)…
–¡Ojalá!,
pero no. El dependiente fue muy amable y me dijo que podía contratar
alguna pero que tuviese en cuenta el coste, una posible pérdida de
ejemplares, etc. Y para los pocos volúmenes que manejo me di cuenta
que no me merecía la pena.
–¿Con
el ISBN no les es suficiente?
–Por lo
visto no es suficiente. En
el primero no tenía ISBN, pero con el segundo sí. Y con este
segundo, según tengo entendido, en este salón del cómic de
Barcelona si tienes ISBN no puedes llevar a los stands no comercial o
de fanzines.
–¿No
se considera autoedición?
–Estoy
en un limbo extraño donde, por un lado parece que sí que puedo ir
al fanzineo pero realmente no. Y por otro lado parece que puedo
llevarlo a librerías, pero tampoco puedo porque no tengo
distribuidora. ¿Qué hago entonces? Pues los vendo yo sola.
–Hemos
comentado que los llevas a todo tipo de salones: de Manga, de cómics,
de autoedición, eróticos… ¿Dónde crees que tienes más
aceptación?
–En el
erótico desde luego que no. Al erótico al que fui había shows en
directo de la industria del porno y el público que asiste…
–Vamos,
básicamente mirones que van a babear (risas)
–Donde
mejor me ha ido ha sido en el Winter
Freak de 2016 y
en el Expocomic de Madrid
de 2015 me lo pasé muy bien. Allí ni siquiera tenía el dos, vendía
el uno y vivía en Toledo. Asistí con mi amiga Jessica Mars, que es
muy buena en lo suyo y tiene un cómic llamado Hey
Sister!.
Ambas tenemos la misma filosofía del «…yo
me lo guiso yo me lo como».
Compartimos stand y fue una experiencia muy bonita porque en ese
moemnto estábamos empezando a asistir a nuestros primeros salones y
estábamos muy ilusionadas. Veíamos también que el público de
Expocómic estaba más interesado por la obra nueva autoeditada que
otros encuentros de cómic a los que habíamos ido como asistente.
Sobre todo estaban muy interesados por el coleccionismo. Por el libro
objeto o las láminas de autor firmadas, la venta de originales...
Eso no lo he visto otros años con el cambio de aforo y ubicación,
aunque gracias a La Isla,
un Artist Alley, este tipo de trabajos han podido verse con más
aprecio y atención que antes.
–¿Te
han puesto alguna pega en algún evento por considerarlo
pornográfico? Te lo digo por la polémica de hace unos años en la
exposición del salón del cómic de Barcelona.
–Me
acuerdo de eso. Y me pareció una chorrada. No sé muy bien cómo fue
la polémica pero sé que censuraron incluso dibujos de desnudos
artísticos, que practicamente eran más estudios anatómicos que
otra cosa.
Yo
solamente tuve el problema en la Escuela de Arte que te comenté
antes. Por lo demás no. Sí que he tenido algún rifirrafe con
algún visitante inorpoturno que tuve que echar de mi stand porque se
puso en plan insolente a decirme: «Ésta
de los libros eres tú ¿no? Sí. Sí, eres tú… eres tú».
Yo le decía: «No.
Mira, a mí me gusta esta estética y en mi personalidad se puede
ver reflejada, de ahí que la use en mis ilustraciones, pero si te
estoy diciendo que no, que los personajes femeninos que he retratado
no soy yo, es simplemente eso: NO SOY YO. Una ficción, colega».
El muchacho fue un tanto insistente en su postura y ya tuve que
pedirle amablemente que se marchase porque no me sentí cómoda con
aquello. También me he topado con muchos paseadores que es
escandalizan. O de los que lo tocan todo, lo miran todo y preguntan
por todo, pero luego tal cual llegan se marchan.
…¡Esto
no es una biblioteca! (Risas)
–No me
molesta que curioseen, en absoluto, como si mi producto les incomoda.
No estoy para agradar a todo, todo el mundo, pero sí me puede
molestar que se pongan irrespetuosos con algún que otro juicio de
valor u opinión que creen que es la absoluta. Como por ejemplo,
decirme que ese tipo de ilustración no debería estar en un salón
del cómic. Bueno, para esa persona no debería estar, pero para el
siguiente asistente que venga y ojee lo mismo sí.
–Hablemos
un poco de cuestiones técnicas, en este segundo volumen lo hiciste
todo en digital, bocetos, línea, color…
–Sí, en
el primero lo resolví con línea tradicional y un poco de color con
acuarela y lápices acuarelables. Luego lo escaneaba y lo terminaba
en digital, levantaba negros, acentuaba algún color y editaba algún
error. Ahora que han pasado unos años, pienso que estaba un poco
verde y bueno, no me salió del todo mal, pero tampoco lo resolví
bien. En el dos, ya me sentía más cómoda y más segura y lo
resolví más rápido y mejor. En seis meses pude hacer un dibujo más
elaborado, no tan simplista… aunque no hay fondos sí hay alusiones
a un cierto entorno… una cortina, una pared, una cama... En el
primero ni siquiera había nada de eso, me interesaba presentar los
personajes y punto. En resumen creo que el primero fue un experimento
y en el segundo ya fui afinando y lo resolví de me manera más
cerrada. Sin embargo, no me conformo y me quedo en una sola vía.
Ahora he vuelto al método de línea tradicional y coloreado digital.
–Normalmente
para Cuentos de
Ultrapervert
solía tomar referencias de Tumblr, de películas y de actores que me
gustan del cine porno. Pero esas referencias yo no quiero copiarlas
tal cual. Me gusta crear mi propia obra. Me puedo inspirar en Amarna
Miller para crear a Elora, pero Elora no es Amarna ni Amarna es
Elora.
–Es
normal que tomes referencias anatómicas.
–Como te
comentaba ayer yo suelo utilizar una o varias fotos de las que
aparecen cosas que me interesan, quizás me gusta un torso pero no me
gusta la mano de ese cuerpo, o el gesto de la cara… Siempre que
utilizo referencias procuero que sean mejor de una fotografía, nunca
de una ilustración (me podrían acusar de hacer overpainting o
plagio y es algo que veo mal). Tan solo las uso como concepto
primitivo y de ahí me quedo con el concepto, dibujando mi propia
interpretación, que suele ser un arte final bastante alejado
normalmente de lo que se veía reflejado en la imagen de referencia
directa.
–¿Y
en cuanto a influencia de otros autores de temática similar? Me
vienen a la cabeza nombres como John Willie, Stanton, Eneg… (te
recomiendo la antología de la historieta sadomasoquista que recopiló
Luis Vigil en dos tomos)
–Pues
lamentablemente en el 2012 yo estaba un poco verde y descubrí a Gil
Elvgren, Robert Bishop, Manara, Guido Crepax... Y muchos autores
japoneses de Ero-guro como Takato Yamamoto, Toshio Saeki, Suehiro
Maruo, Shintaro Kago... de hecho colecciono libros de esos autores.
–¿Conoces
el cine Ero-guro? Películas como Watcher In The Attic (Noboru
Tanaka 1976) o BlindBeast (Yasuzo
Masumura, 1969)
–No soy
muy consumidora de cine gore… Si te refieres a un estilo como
Necromantix,
Braindead…
Watcher in the Attic (1976) |
–No
me has entendido, me refería al cine erótico japonés (erótico
grotesco [no sense] = Ero-guro)
–No. No
he visto. Vi
Saló y
algunas otras. La que me parece una gran película es Secretaria
(Steven Shainberg 2002) con Maggie Gyllenhall. Me parece una
referencia directa, muchísimo más sana que la manida Cincuenta
Sombras de Grey.
–Pensaba
que me ibas a comentar cosas como Portero
de Noche
o Salón Kitty, Ilsa y
demás nazisexlotations
–He
visto algunas de las que dices, pero la verdad es que no soy una gran
de este tipo de cine. Quizás porque not h2e tenido la suerte de que
alguien me dijese «te
recomiendo que veas esta, o esta otra».
Me tocó buscar sola. Ahora te preguntaré a ti por películas
guarrindonguis que pueda seguir viendo (risas).
–Pues
tengo algunos actores que me gustan,
como Stoya, Michael Vegas, Amarna Miller, Manuel Ferrara, Owen Gray…
Hay una web que me gusta mucho, Four
Chambers. Hacen
material pornográfico pero con una estética muy interesante. Me
suele gustar el porno con una buena producción y una estética
cuidada, no me gusta el porno exagerado o el hardcore, por ejemplo.
–¿Conoces
un clásico como es Tras la Puerta Verde
(Artie y Jim Mitchell 1972)?
–Pues no
y me vas a tener que hablar de ella.
–Pues
hay muchas referencias que me recordaban a la historia de Tralarí,
Tralará y Pierre.
Es un clásico de los setenta…
–Conozco
de esa época la de Garganta
Profunda.
–… es
junto a Garganta Profunda
de
las más conocidas. Hasta Los Nikis le
hicieron una canción.
–Para la
historia de Tralari,
Tralará y Pierre
tomé muchas referencias del porno de los años 1920 y 1930.
–Pues
te recomiendo que la veas. Está considerada como una de las mejores
de género y tiene una estética muy onírica, ambientada en una
especie de cabaret. En tu caso es un circo pero aquí también se
practica sexo en un columpio. Behind
The Green Door,
todo un clásico.
Tralarí, Tralará y Pierre |
Famosa escena del trapecio |
Sigamos
con tus cuentos. Como ya te comenté me gustó tu obra, me parecía
bastante osado ponerse a escribir.
–A ver,
no es pretencioso. No quiero ganar el premio al mejor libro ilustrado
ni nada de eso. Solo quería que quien lo leyese lo pasase bien.
–Eso
es lo que más me gusta y creo que ha quedado bastante equilibrado.
Demuestras bastante valentía al lanzarte a escribir, que es difícil.
Y el resultado final; aunque me comentabas que tenía muchos defectos
técnicos del guillotinado, etc… yo lo veo bastante bien. Está más
que correcto y queda profesional.
–Muchas
gracias. Con el primero, como te comentaba ayer, me llevé un
berrinche. Fui muy osada y publiqué un libro porque quería publicar
un libro, pero eso no funciona así. Ahora lo sé, lo he aprendido y
lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda. Es decir, si tienes un
amigo que es diseñador gráfico, pídele que revise tu maqueta. Si
tienes un amiga que es corrector de estilo que corrige textos,
mándale tu texto y que te revise la ortografía, la puntuación,
etc. Una de las cosas que confesaré aquí es que me tiré todo el
primer volumen pensando que libidinoso se escribía con v y resulta
que era con b. Quedarse pálido, lívido, sí es con v. ¡Mal, fatal
por mi parte! (Risas)
–La
verdad es que lo realicé super rápido. En medio año lo tenía ya
entero. Lo hice a trozos porque estaba estudiando Diseño de Moda en
Toledo y tenía que darle prioridad al curso. Pero una vez que me fui
a vivir con mi pareja a Alicante avancé mucho. Me mudé un 5 de mayo
y para septiembre u octubre ya lo tenía terminado, maquetado y
corregido por varios amigos.
–Por
lo que me cuentas, parece que lo hicieses todo.
–Todo lo
que puedo lo hago yo, pero yo soy ilustradora. No soy diseñadora
gráfica, no soy maquetadora, no soy redactora de estilo. Detrás de
un libro no hay una sola persona, un solo autor… hay un editor, un
traductor, un corrector de estilo...
–A
veces hay hasta un escritor fantasma (risas).
¿Has
tenido problemas con el maquetado, que no te encaje el texto o algo
así?
–La
verdad es que sí y me pillé la llorera de mi vida. Me sabe mal
contarlo por la gente que compró el primer volumen, pero mandé a
imprimir 150 ejemplares sin algunas líneas de texto del final. La
historia estaba abierta y realmente no quedaba mal, pero si no ubiese
ocurrido eso, la historia tendría más lógica de como salió
publicada. Me sentí muy decepcionada conmigo misma, incluso llegué
a pensar que la gente podría creer que era una estafa. Si alguien
está leyendo esto y compró el primer volumen que sepa que si saco
otro volumen serán recompensados. ¡LO PROMETO!
–Por
último, para ir acabando y siendo crítico, quería comentarte que
hay ilustraciones a doble página que me han gustado mucho pero hay
otras que dan la sensación de estar menos trabajadas… quizás por
agotamiento o por problemas de impresión.
–La
verdad es que terminé agotada y el dibujo se resiente al final del
volumen y se hace más esquemático. Empleé mis energías en hacer
ilustraciones elaboradas para las que fueran a doble página, pero sí
que es cierto que hay otras que no están tan resueltas del todo.
Esto estoy procurando que no me pase más.
–No
te lo digo para mal. Me parece muy osado ponerte a escribir y dibujar
y el resultado final es más que decente. Además eres muy joven y
estas son tus primeras obras. ¿Solo has publicado estos dos
volúmenes, no?
–Sí,
los dos volúmenes y una recopilación del Inktober
que vendo por 2€ en el Zorroclocos y ferias similares. Lo que si me
gustaría es publicar una novela que llevo escribiendo desde hace ya
tiempo que se llama La
viajera del sueño
y también
quiero publicar un album ilustrado en que estoy trabajando día y
noche para sacarlo de nuevo por crowdfunding en octubre de 2017 con
mi amigo Jesús Mendelssohn, Cuentos
del lirio triste.
Sí, cuentos otra vez.
–¿Quieres
sacar más Cuentos de Ultrapervert?
–No
quiero sacar más cuentos eróticos por ahora, pero sí seguir por el
camino del album ilustrado y la temática de relato corto. Aunque me
encanaría más adelante sacar un integral y dar una segunda
oportunidad a ciertos personajes no estuvieron bien elaborados en su
momento. Esto es ahora mismo una idea primitiva y quizás lo saque de
aquí a cinco años. O no. De momento me quedan unos cincuenta
ejemplares del volumen dos y el uno está agotado. Pero si hago esto
que comento, puedo dar una oportunidad a la gente que quiera
conseguir el volumen uno. Cuando esté agotado también el dos puede
que empiece a cavilar ideas, echar cuentas y ver si lo hago o no.
También quiero que al final el nombre de Lara Herrera no solo quede
vinculado a la ilustración erótica. De ahí el alter ego de
Ultrapervert. Algunos me dicen en tono impernitente que cuándo me
voy a desvincular de Ultrapervert, que me hago mayor.
–La
gente mayor también tiene derecho a ser pervertida (añade Nuria).
–Es
más, cuánto más mayor te haces más pervertido te vuelves (risas).
–Mi
madre me decía… «Lara,
¿qué te ha pasado? ¡Te has despendolao en el segundo volumen!»
–¿Qué
opina tu familia de tu trabajo erótico?
–Mi
familia siempre ha sido bastante respetuosa con mi trabajo, son muy
abiertos de mente y nunca han tenido ningún problema en que yo me
ponga a dibujar sobre la sexualidad. Porque yo dibujo sexo. ¿Es
pornográfico entonces? Pues sí, pero no es una pornografía,
denigrante o incómoda de ver. Yo procuro que sea de risa. De hecho,
me he reído mucho dibujando ambos volúmenes.
–Tiene
un componente muy onírico…
–Quizá
porque realmente no es un reflejo total del sexo, si no una fantasía.
Y
bueno, si nos ponemos a hablar de sexualidad, de feminismo, de BDSM,
de CCS… Procuro tratar el tema con mucho mimo y nunca con la
intención de ofender a algún colectivo.
–A mí
no me parece pornográfico. Sí que hay sexo… pero no hay primeros
planos de genitales ni de penetraciones, etc… tiene un punto de
manga Shojo.
–¡Es
cierto! Con
florecitas y todo eso, queda más romántico. De broma siempre le
digo a mi pareja o a mi amigo Jesús que si tengo que ponerle nombre
que se llame pornografía romántica (risas).
–Bueno
Lara, gracias por tu tiempo. Vamos a cenar.
Me ha encantado que me entrevistes, Abel! :D Fue muy divertido y creo que es de las más extensas e interesantes hasta la fecha.
ResponderEliminarMil gracias, es tan fácil como charlar con amigos. Todo fluye. Yo disfruto como un enano 😸
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